8 de febrero de 2013

¿Qué te pasó Carla Morrison?


Quizás hiera el corazón de muchas personas, pero vamos, ¿acaso es que nadie se da cuenta de la jugarreta que últimamente hacen los artistas o alguna que otra empresa que se dice orientada a la creatividad?.

La gente al parecer piensa que el trabajo visual es algo que no debe de ser cobrado, mientras se vea bien y sea gratis, todo andará miel sobre hojuelas. Últimamente ésta pésima práctica se ha hecho más que evidente, y para el caso he traído uno en particular; sí, como lo dice la entrada, hoy le tocó a Carla Morrison. (sino sabes de lo que habló da clic aquí)

Lejos de no gustarme el tipo de música que hace la señora, su nueva campaña puede ser atractiva para los miles de seguidores que tiene, sin embargo nadie se percata de la cantidad de trabajo que frena gracias a sus “concursos”. Crear la portada de un CD o inclusive de un libro, no es como tomar dos fotografías, cortarlas y pegarlas con colores bonitos para ser la cara de un objeto en el mercado. Lleva un proceso creativo, en donde quizás más de una cabeza vierte sus ideas y logra un trabajo que transmite lejos de solo vender.

¿Pero por qué hacer esto?

Buena pregunta Pepe Grillo. 

La respuesta es simple, son tacaños. Todo trabajo debe de ser remunerado y en el mundo donde la creatividad es la materia prima, la gente piensa que uno solo toma la idea que estaba en el aire, la coloca en un papel y listo, se hace la magia. Y queridos lectores, no es así.

Así como pagamos a un abogado para que nos saque de la cárcel o nos defienda en nuestro divorcio, así mismo debemos de valorar el trabajo que otras personas hacen y que no cuentan con un libro de recetas mágicas para diseñar. 

Crear un concurso en donde nos diseñen la portada de nuestro CD es como decirle al diseñador: “Jódete, cobras muy caro y seguro alguno de mis fans lo hará por unas cuantas entradas y el poderme saludar como si fuera Dios mismo en persona.” Claro está que el puberto se emocionará e invertirá largas horas de su tiempo para conseguir ser el ganador, sin percatarse de que ese trabajo valía varios miles y que generalmente las personas que no conocen al artista, al mirar una portada que atrae inmediatamente se interesarán y comprarán el material.

Es una gran cadena de trabajos y es sorprendente como grandes marcas han recurrido a este tipo de prácticas con tal de ahorrarse unos cuantos pesos que a la larga les retribuirán miles más. 

Vivimos en un país donde no nos podemos dar el lujo de quitar el trabajo a otros. Debemos aprender a ser solidarios con los demás y valorar el trabajo que todos hacen, sin el trabajo de una persona de limpieza los lugares estarían sucios, por ende la gente no visitaría/compraría y la empresa, sitio turístico, local comercial, perderían muchas de sus ganancias.

Así que gente, la moraleja del día de hoy:
Aprende a valorar el trabajo ajeno, nunca sabes qué día alguien te hará a un lado, con tal de ahorrarse los pesos que tú cobras por un trabajo que pareciera fácil, pero que no lo es.

Fotografía tomada de Cultura Colectiva.

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