Generalmente los hombres nos damos a la tarea de comprar lo
indispensable cuando vamos a un centro comercial. Sabemos de antemano que es lo
que necesitamos e inclusive ya sabemos a dónde ir a comprar. Cosa totalmente
diferente a como una mujer lo haría.
¿Quién no ha acompañado a una mujer a comprar un vestido y
sale con diez cosas más? Cierto, podemos decir que para las mujeres existen
tantas porquerías para ponerse, desde lo más grande y extravagante, hasta lo
más inútil y pequeño. Pero ellas comprarán así sea algo que se pondrán una sola
vez (no pueden repetir)
En fin, todo cambia cuando uno es el que irá a comprar un
obsequió para esa chica amada. Obviamente esperamos sea algo que guste, que le
llene el ojo pero ¿Qué tan difícil puede ser comprar algo que le guste?
Técnicamente no mucho, aunque cuando entras a una de esas tiendas que venden de
todo, comienza el lío.