20 de febrero de 2013

Concurso Museo del Diseño 2012

Algunos dicen que recordar es vivir y la verdad es que en esta ocasión tienen razón. El fin de año fue algo que me dejó importantes lecciones en diferentes ámbitos de mi vida, y entre los que más destacaron fue la participación que tuve junto con mi equipo en el Concurso del Museo de Diseño 2012.

Nunca he sido de las personas que se entusiasman demasiado con la idea de participar en un concurso, mucho menos si el concurso será dentro de tu misma universidad. Llámenme mamón, pero la verdad es que ver a tanta gente vanagloriandose de su trabajo es ridículo. Sin embargo y gracias a la fantástica idea de mi profesor, se nos obligó a entrar y presentar un proyecto.

El proyecto que realizamos fue la propuesta realizada por uno de mis compañeros de clase y miembro del equipo. El concepto era bastante agradable, sin embargo teníamos que realizar una serie de renders o conocidas en el bajo mundo de los mortales, "imagenes" de como se vería el edificio en caso de ser construido. Algo así como una realidad 3D en papel para que me entiendan. 

Quizás no han sido mis mejores renders, pero me siento bastante orgulloso por sacarlos en tiempo récord  con muchos problemas durante el proceso con mi computadora, pocas horas de sueño y muchas menos de comidas. Sí, nadie dijo que la vida del arquitecto sea sencilla, pero la perspectiva de un trabajo cambia radicalmente cuando el esfuerzo es remunerado económicamente. 

En fin, les comparto el resultado final.
(Pícalas para verlas más grandes)






8 de febrero de 2013

¿Qué te pasó Carla Morrison?


Quizás hiera el corazón de muchas personas, pero vamos, ¿acaso es que nadie se da cuenta de la jugarreta que últimamente hacen los artistas o alguna que otra empresa que se dice orientada a la creatividad?.

La gente al parecer piensa que el trabajo visual es algo que no debe de ser cobrado, mientras se vea bien y sea gratis, todo andará miel sobre hojuelas. Últimamente ésta pésima práctica se ha hecho más que evidente, y para el caso he traído uno en particular; sí, como lo dice la entrada, hoy le tocó a Carla Morrison. (sino sabes de lo que habló da clic aquí)

Lejos de no gustarme el tipo de música que hace la señora, su nueva campaña puede ser atractiva para los miles de seguidores que tiene, sin embargo nadie se percata de la cantidad de trabajo que frena gracias a sus “concursos”. Crear la portada de un CD o inclusive de un libro, no es como tomar dos fotografías, cortarlas y pegarlas con colores bonitos para ser la cara de un objeto en el mercado. Lleva un proceso creativo, en donde quizás más de una cabeza vierte sus ideas y logra un trabajo que transmite lejos de solo vender.

¿Pero por qué hacer esto?

Buena pregunta Pepe Grillo. 

La respuesta es simple, son tacaños. Todo trabajo debe de ser remunerado y en el mundo donde la creatividad es la materia prima, la gente piensa que uno solo toma la idea que estaba en el aire, la coloca en un papel y listo, se hace la magia. Y queridos lectores, no es así.

Así como pagamos a un abogado para que nos saque de la cárcel o nos defienda en nuestro divorcio, así mismo debemos de valorar el trabajo que otras personas hacen y que no cuentan con un libro de recetas mágicas para diseñar. 

Crear un concurso en donde nos diseñen la portada de nuestro CD es como decirle al diseñador: “Jódete, cobras muy caro y seguro alguno de mis fans lo hará por unas cuantas entradas y el poderme saludar como si fuera Dios mismo en persona.” Claro está que el puberto se emocionará e invertirá largas horas de su tiempo para conseguir ser el ganador, sin percatarse de que ese trabajo valía varios miles y que generalmente las personas que no conocen al artista, al mirar una portada que atrae inmediatamente se interesarán y comprarán el material.

Es una gran cadena de trabajos y es sorprendente como grandes marcas han recurrido a este tipo de prácticas con tal de ahorrarse unos cuantos pesos que a la larga les retribuirán miles más. 

Vivimos en un país donde no nos podemos dar el lujo de quitar el trabajo a otros. Debemos aprender a ser solidarios con los demás y valorar el trabajo que todos hacen, sin el trabajo de una persona de limpieza los lugares estarían sucios, por ende la gente no visitaría/compraría y la empresa, sitio turístico, local comercial, perderían muchas de sus ganancias.

Así que gente, la moraleja del día de hoy:
Aprende a valorar el trabajo ajeno, nunca sabes qué día alguien te hará a un lado, con tal de ahorrarse los pesos que tú cobras por un trabajo que pareciera fácil, pero que no lo es.

Fotografía tomada de Cultura Colectiva.

4 de febrero de 2013

2013: El año de las travesías.

Había tardado un poco en reencontrarme con el blog, por lo que no sabía a ciencia cierta que escribir. La gente a veces piensa que esto debe de ser como un trabajo, en donde continuamente estés informando sobre los sucesos más relevantes, dando una fuerte opinión o criticando al sistema. Sin embargo queridos lectores no es así, para mí esto es un mero hobbie.

El 2012 cerró de una forma increíble. Realicé cosas que quizás hace un tiempo no me hubiera imaginado y de las cuales hoy me siento muy orgulloso. Conocí gente nueva, una cultura totalmente diferente a la mía y por si fuera poco descubrí el verdadero amor por la comida mexicana (cuando estas lejos de una tortilla o una salsa, aprendes lo que es el amor a tu tierra).

Claro está que toda esta travesía es digna de varias entradas, por lo que ahora solo mencionaré que fue una experiencia maravillosa.

Así como tuve un cierre de año muy peculiar, también el inicio fue extraño en su totalidad. Sin embargo leyendo por aquí y por allá, descubrí que la sociedad no deja de tener ese afán de querer ser mejores personas cada que un año comienza. Promesas por aquí y por allá, fuertes ideas de cambio que comienzan bien y que seguramente para estos días ya habrán olvidado la mitad de lo que planeaban hacer, en fin, somos una sociedad que habla mucho y se ocupa poco.

Cuando pasas 24 horas en un aeropuerto y duermes en una cómoda banda transportadora, tienes suficiente tiempo como para pensar en tus propósitos de año nuevo, propósitos que pueden ser más cercanos a una realidad que a una utopía. 

Entre éstos, uno de los más importantes fue retomar la lectura, cosa que perdí hace un año debido al poco tiempo que tenía, entre la universidad, algunos trabajos e intentar conquistar al mundo, apenas tenía tiempo. Aún no sabía que leer, pero gracias a una buena amiga y un regalo que me hizo, la respuesta llego como del cielo: "El Hombre Equivocado" de John Katzebach.

Hace ya bastante tiempo que leí a Katzebach y si bien no me dejó atrapado con su historia (El Psicoanalista) logró que tuviera que terminar el libro para saber qué era lo que sucedía. Algunas personas siempre dicen que no juzgues un libro por su cubierta, y eso es lo que haré con este título. De primera impresión puedo decir que me parece una buena historia, con el mismo toque psicópata de John, pero en una historia bastante diferente. 

Ya el tiempo dirá si me cautivo o me decepcionó. Lo que si tengo claro es que Zeus se alineó con las estrellas para que este año leyera bastante, entre regalos y materias que me piden leer tres libros al mes, será una linda travesía.

Les dejo algo de música y si alguien tiene alguna opinión sobre el libro que comenzaré a leer, con gusto pueden dejarla en el apartado de comentarios, úsenlos, están ahí para algo más que adorno.

Moraleja:
Háganse propósitos reales, yo sé que todo mientras tu imaginación lo permita, puede ser realidad, pero algunas cosas a la larga te ayudarán por muy pequeños que sean al inicio tus objetivos.