Tú sonrisa es del tamaño de una Angus Premium, la satisfacción y alivio recorre todo tu organismo cual droga, mientras que pides a los astros nunca terminen las vacaciones, no ahora que eres libre. Sin embargo, la oscuridad llega…te toma por sorpresa y no hay forma de evitarlo, entras en sus dominios de nuevo ¿Pero por qué? ¿Acaso no ya habíamos realizado la última bendita evaluación? ¿El último maldito proyecto? ¿Es una broma, cierto?
Pues no, no es una broma. Lamentablemente “por unos pagan otros” decía mi abuela a la que nunca conocí pero que seguramente diría eso.
Nunca es bueno culpar de todo a otros, cuando hemos sido nosotros los que cometemos un error. Voy en contra de que siempre se justifique la gente con cosas absurdas como “mi mamá se murió” “mi perro se comió la tarea” “tuve un encuentro del tercer mundo”. Pero por desgracia todos somos humanos y cometemos…digámoslo así, deslices.
Cuando uno cree que la universidad terminó por este año y ya celebras con los amigos, algo siempre tiene que ocurrir [o en mi desafortunado caso siempre es así] para estropear mi felicidad. En este caso, una calificación eterna. Lo diré, no soy un alumno excelente, pero vamos lo he llevado bien en la universidad, con todo y que me duermo, siempre obtengo buenas notas y no repruebo.
Una bendita calificación la cual tenía en el examen, pero que mi adorado profesor simplemente no la puso bien en el sistema y adiós tranquilidad, en mi promedio final aparecía un fabuloso cinco, junto con una leyenda de “materias reprobadas”. Indiscutiblemente mi rostro fue de sorpresa, enfado, junto con una sarta de palabras que no mencionaré por el aprecio que les tengo.
Fui a entablar una diplomática conversación con el profesor, mostrándole su error. Al parecer había contado mal mis aciertos y la calificación que necesitaba para pasar la materia en ordinarios, si la obtenía. Su respuesta, vaya que fue emblemática “ya no puedo hacer nada, nos vemos en el extraordinario, ahí te ayudo” Así es señores, así de fría y despiadada la respuesta que obtuve siendo amable.
La cuestión es que el día de hoy ¡POR FIN! Logre concluir con el 5º semestre de mi carrera. Viajé durante dos horas y media hasta la universidad, para que en exactamente 3 minutos estuviera solucionado el problema, una semana después de que yo ya había terminado clases.
Sé que es cruel y como muchos por ahí dicen “ellos tienen el sartén por el mango” y tienen razón.
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