Sin duda, una de las etapas más asombrosas de la vida es la universidad. Aquel lugar en donde técnicamente (y digo técnicamente porque no es así) uno comienza a tener materias que serán íntegramente relacionadas a lo que quieres estudiar, en el ámbito donde te quieres desarrollar profesionalmente.
La verdad es que para muchos en esta etapa hacen a sus amigos de toda la vida, mientras que otros más inclusive encuentran al “amor de su vida” (porque terminan embarazadas y con una carrera truncada). Sin embargo, no todo es felicidad y mujeres en fina lencería saltando a través de verdes praderas, no señor.
En este lugar se resguarda uno de los secretos más antaños de toda facultad, universidad, claustro o como quieran llamarle, conocido como “materias de relleno”. La verdad es que el sistema de educación en mí país contiene un sinfín de trabas las cuales hacen del tramite burocrático (como en cualquier dependencia del gobierno) algo tedioso, complicado, absurdo y que terminará archivado en alguna carpeta con una etiqueta que diga 2011.
Aunque por ahora no comentaré nada al respecto de esto, centrémonos en las materias de relleno. Aquel grupo de materias las cuales sirven para nuestra formación cultural, la cual es sin duda aquella que nunca vemos aplicada en la vida diaria. Estas clases son particularmente pesadas e inclusive muchas de las ocasiones, son la piedra en el zapato para muchos, dejando trabajos por más absurdos (llámese resúmenes de 100 hojas, mapas mentales, mapas conceptuales, exposiciones donde todos duermen, etc)
Inclusive dichas clases, logran meter cierto tipo de presión, ya que al tener un valor curricular (en la mayoría de los casos) provoca que nuestro promedio dependa en gran parte de salir bien o mínimo con una calificación aprobatoria.
Los maestros son otro plus que viene integrado en el paquete. Pequeñas personillas las cuales gustan de atormentar con su rostro, haciendo un hincapié exagerado en la importancia de la materia. En donde al final del curso no aprenderás nada, pero para ellos ha sido lo mejor, sin duda algo que cambiará tu vida.
Eso sin lugar a dudas, hace acreedor al número 10 en el “Top 10 – Vida de un universitario” sobre lo que un pequeño joven a sus 20..22…23 años, tiene que afrontar.
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